Cómo me cogí a un amigo

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Cómo me cogí a un amigo
Junto con Talia y Omar, nos habíamos puesto de acuerdo para estar un fin de semana en mi casa, es decir, por los dos días, para pasarla bien.

Resulta que Talia y Omar eran pareja, por lo que no nos ibamos a incomodar para nada.

El viernes, Talia llamó a mi casa para decir que no podría estar los siguientes días en la ciudad, puesto que debía ir con su familia para arreglar unos asuntos.

El sábado llegó, y Omar estaba en mi casa.

Cuando eran las 10:00 pm, empezó a hacer mucho calor, y decidimos ver una película solo con los pantalones y la ropa interior puesta.

– Está bien aburrida la película, mejor pon otra. – dijo Omar.

– ¿Cuál pongo? No soy mucho de comprar películas, y las otras que tengo son algo aburridas.-

– Me dijiste que tenías unas porno, ponlas porfa. –

– Bien. – dije y fui por las pelís porno.

Al volver simplemente puse la película de porno hetero.

Luego de unos minutos, vi que estábamos a estallar por la película.

– Wey, ¿me la puedo jalar? No aguanto. – propuso Omar

– ¿Cuál es el sentido de una película porno si no puedes tener placer? – acepté.

Vi su miembro de como 15 cm de largo y un poco grueso, era un poco cabezón. Hice lo mismo con mi pene, y empezamos a masturbarnos individualmente.

A unos minutos, se fue acercando más y más a mí.

– ¿Qué te parece si me la jalas y yo te la jalo? – preguntó Omar, a lo que acepté y puse su miembro en mi mano, y él puso su mano en el mío.

Fueron pasando unos minutos y el clímax iba aumentando.

– No pensé que la tuvieras así, quiero intentar algo. – dijo y dio un lengüetazo a mi polla.

Fue metiendola más en su boca y me sorprendió que le entrara completa.

Empezó a jugar con su lengua y mi polla, mientras yo gemía y movía mi cadera contra su boca. Pasé mi mano acariciando su espalda, y llegando a su trasero, apreté su glúteo. Él se exaltó un poco y alzó su culo, que era grande, por cierto.

En un momento, me quise venir, Omar lo notó y sacó mi pene de su boca, lo masturbó, sacó la lengua listo para recibir mi semen. En tres disparos, eyaculé en su cara, dando un chorro en su boca y uno en su cara.

Lo alcé, le di un beso probando su boca y mi semen, pasé tres dedos míos por su cara, quitando el semen. Él tomó los dedos y los lamió muy fuerte, poniéndoles saliva.

Se quitó la ropa que le quedaba y me la quitó, me acosté en el sillón y él se recostó sobre mí boca abajo. Comenzamos a frotarnos uno contra el otro mientras metía mis tres dedos en su entrada estrecha, al tiempo que nos besábamos.

Cambiamos de lado, quedando él abajo, y nos seguimos frotando, hasta que abrazó mi cintura con sus piernas e inserté mi pene lentamente en su entrada. Omar gemía como perra.

– Duele un… poco. Sigue.- dijo y seguí entrando.

– Ya está, acomódate. – dije, y unos segundos más tarde movió sus caderas en señal de que podía moverme.

– Follame duro, sin piedad. –

Lo levanté aún con mi pene adentro y empecé a embestirlo muy rápido. Él gemía como una perra de nuevo, pidiendo más.

– Espera, mejor algo. – dijo y lo solté en el sillon, se puso en cuatro. – Ahora sí, dame duro.

Entré en él sin piedad y lo embestí algo rápido.

– ¿Quién eres? – le pregunté.

– Tu… tu perra. – respondió gimiendo.

Seguí con las embestidas y lo volteé, siguiendo embistiéndolo rápido.

Él gemía como una autentica puta, minutos después eyaculó todo su semen, cayendo en su abdomen. Luego eyaculé dentro de él.

– De ahora en adelante, seré tu puta, cojeme cuando quieras. – dijo mientras lamía el semen de su abdomen.

Le di un beso con mucha pasión y nos quedamos dormidos entre nuestro semen.

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